La Regenta de Leopoldo Alas Clarin

La semana pasada murió el actor Juan Luis Galiardo. Me acuerdo perfectamente la primera vez que le vi actuar, interpretando a don Álvaro Mesía en aquella adaptación que hizo RTVE de La Regenta. Pues bien, en homenaje al actor, hoy vamos a hablar precisamente de la gran novela de Leopoldo Alas “Clarín”, el mejor libro escrito en prosa en nuestra lengua tras El Quijote.

Clarín nace en en 1852 en Zamora, adonde su familia se había trasladado desde Oviedo. La presencia de Asturias en la infancia del escritor será continua a través de las alusiones por parte de sus familiares, especialmente por parte de su madre. La familia volverá a Oviedo en 1959 aunque Clarín ya se consideraba asturiano antes de llegar allí. Realiza sus estudio en Oviedo y luego se traslada a Madrid donde se convertirá al krausismo, no sin oponer cierta resistencia. Entra a formar parte del periódico El Solfeo y es allí donde adopta su famoso pseudónimo, del que se sirve para criticar a la sociedad española. También conocerá allí a la flor y nata de la literatura española de la época a la que frecuentará antes de volver definitivamente a Asturias. Con tan solo 31 años escribe La Regenta. Después escribirá otras dos novelas, cuentos y algún ensayo. Muere aquejado de una tuberculosis con tan solo 49 años.

La heroica ciudad dormía la siesta. El viento Sur, caliente y perezoso, empujaba las nubes blanquecinas que se rasgaban al correr hacia el Norte. En las calles no había más ruido que el rumor estridente de los remolinos de polvo, trapos, pajas y papeles que iban de arroyo en arroyo, de acera en acera, de esquina en esquina revolando y persiguiéndose, como mariposas que se buscan y huyen y que el aire envuelve en sus pliegues invisibles

La Regenta es la historia de un trío amaroso donde en el fondo se libra una batalla de poder. El personaje que da título a la novela es Ana Ozores, mujer del regente de la Audiencia de Vetusta (ciudad imaginaria donde transcurre la novela y que no es ni más ni menos que Oviedo) don Victor Quintanar. Él es un hombre mucho mayor que ella y que vive dedicado a sus asuntos personales y profesionales. Por lo tanto no presta mucha atención a su mujer, que vive continuamente en boca de los habitantes de la ciudad. Estamos, no lo olvidemos, en aquella España negra y provinciana donde las fuerzas vivas (iglesia y caicques) tienen a la sociedad aplastada y no le dejam respirar. La propia Regenta será víctima de ambos grupos.

El grupo de la iglesia está representado por el Magistral, don Fermín de Pas. Es un hombre imponente, de gran estatura física, de férrea moral y que cuyo único objetivo es el de medrar en el escalafón eclesiástico. Al comienzo de la novela (entiendo que el grosor de la novela desanime a muchos pero al menos el comienzo, adelantado en la cita, es algo que todo el mundo tendría que leer al menos una vez en su vida) don Fermín se encuentra en la torre de la catedral oteando la ciudad como un pastel al que desea zamparse. El Magistral se acabará convirtiendo en el confesor de Ana y será su vigía espiritual. Para el Magistral Ana es un escalón en la escalera del poder.

Frente al Magistral tenemos a don Álvaro Mesía, líder del partido liberal y don juan oficial de la ciudad. Sus conquitas se cuentan por millares. Pronto don Álvaro pondrá en su punto de mira a la Regenta, la joya más codiciada de la ciudad. Quiere conquistarla para que acabé sucumbiendo en sus brazos. Ana, a su vez, encuentra en Don Álvaro ciertra excitación que su marido, por cuestiones de edad, no puede darle. El Magistral siente celos de Álvaro y Álvaro ve en el Magistral una figura religiosa castrante, hipócrita e indeseable.

La novela es el mayor exponente del realismo y naturalismo de nuestra narrativa. Estas dos corrientes llevan el concepto de verosimilitud al extremo. Todo tiene que ser fiel a la realidad. Era costumbre normal de los escritores de la época leer, por ejemplo, tratados médicos para así poder describir fielmente las enfermedades que sufrían sus personajes. Todo tiene que relacionarse con la realidad.

El naturalismo es, además, una corriente literaria que da gran importancia al medio en el que se mueven los personajes. No sólo el contexto sino incluso también la geografía misma. Un claro ejemplo de ellos es que la novela consta de 2 partes con 15 capítulos en cada una. Los primeros 15 capítulos describen la acción que transcurre en 3 días. Todo lo demás son antecedentes que Clarín nos da para que tengamos una mayor comprensión acerca de cada personajes y de qué fuerzas les mueven. Una vez establecida las bases Clarín usa otros 15 capítulos para desarrollar la trama, que en este caso transcurre en 3 años. La diferencia entre el espacio que ocupa la escritura frente al tiempo de la trama en ambas partes es llamativo.

Se dice que La Regenta es la Madame Bovary o la Anna Karenina española. Las comparaciones no son desmedidas. Ana es quizás el personaje femenino más importante de la literatura española. Víctima de una sociedad de beatas, de unas esferas de poder corruptas y de una doble moral axfisiante, Ana se mueve a bandazos con la esperanza de poder a llegar a buen puerto. Desgraciadamente no hay nadie a su lado que le sirva de verdadero apoyo. Sólo hay un buen hombre en todo el libro, Frígilis, que consigue salvarse frente a toda la sociedad precisamente porque le ha vuelto la espalda. Para ellos Frígilis es más un animal que un ser humano. Pero a él las habladurías de los demás le resbalan y esa es precisamente su victoria.

Y esa es la derrota de Ana. Se siente indefensa frente a la sociedad y, en el intento de reconciliarse con ella, acabará en una espiral terrible.

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